Oaxaca
de Manuel Toussaint
16 camafeos de Francisco Díaz de León
Editorial Cvltura, 1926.
Mi padre acomodaba lo mejor de sus libros detrás del escritorio en el que atendía la librería de avenida Cuauhtémoc. Yo adolescente soñaba, mientras ordenaba las secciones, con lograr algún hallazgo de calidad similar a la de los libros que allí se encontraban. Mis padres eran felices de saber que yo gustara de ellos, así que, cual tesoro –y lo son–, poco a poco me regalaron algunos libros de esa sección de la librería. Éste fue uno de los primeros.
Es pequeño, casi una miniatura: apenas pasa los diez centímetros de alto; está impreso en papel de Loreto y Peña Pobre y diseñado por Rafael Loera y Chávez con la característica Garamond de Editorial Cvltura. Los camafeos completan maravillosamente la Oaxaca de Toussaint. Juntos, texto, diseño e imágenes, integran una obra perfecta.
No hablaré aquí nuevamente de la historia, de cómo llega Jean Charlot a la Escuela al Aire Libre de Santa Anita y revive la olvidada técnica de la xilografía entre los artistas que luego se dedicarían al grabado y la ilustración, sólo dire que los libros que verás estos doce días pertenecen a esa generación de artistas que integraron varios grupos, navegaron con iguales y diferentes banderas, usaron y mezclaron diversos estilos durante décadas, pero siempre con la constante de dedicar parte de su obra a esas peculiares formas de expresión sutiles, discretas y delicadas que siempre me sorprenden: las artes del libro.
El aspecto de la ciudad. […] La primera impresión de Oaxaca es la de que el mundo ha disminuido de estatura o que ha aumentado el índice de la pesantez. […] Sólo las calles del barrio céntrico tienen dos pisos: las demás son bajas, de grandes muros y risueños interiores. Dominando este conjunto de edificios, atalaya y fortaleza, el templo de Santo Domingo se alza arrogante. Desde sus bóvedas se domina toda la población; poseyéndolo a él se posee a Oaxaca; por eso ha sido teatro de combates, centro de la resistencia, foco de las armas en las diversas guerras civiles.
La casa oaxaqueña. Es baja de proporciones, maciza de muros, ayudada por contrafuertes exteriores que, a veces, hasta aspecto de fortaleza le prestan. […] Su portada es simple; un dintel encuadrado entre columnas, y un balcón arriba, también entre columnas, que descansan sobre las de abajo.
El templo oaxaqueño. Se caracteriza por su fortaleza, por el espesor de sus muros, sus bóvedas rebajadas, la escasez de cúpulas. […] Alcanza suntuosidad máxima como en Santo Domingo; obedece ya a un tipo perfecto como la Soledad, o, dentro de cierto carácter individual, es interesante, como la Compañía.
Los extractos del texto de Manuel Toussaint, los tomé de aquí.
Y tres buenos artículos sobre la historia del diseño y del grabado:
http://www.encuadre.org/pdf/Vol2/R9/vol2_rev9_art4_apuntes.pdf
http://www.mexicandesign.com/revista/historia_dg_mexico.htm
http://www.esteticas.unam.mx/cinvdocumental/pdfs/Cat.%2026.pdf
2 comentarios:
Me gustó la primera joya.
Siempre me ha gustado mucho ese libro. La prosa de Tossaint es agradabilísima, siempre va uno como de paseo por sus libros.
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