miércoles, 31 de diciembre de 2008

DOCE

Para los que, como yo, aman la ciudad, y para los que, como yo, no.
(Para todos, pues)


Vrbe
Super-poema bolchevique en 5 cantos
Manuel Maples Arce, xilografías de Jean Charlot
Editorial Andrés Botas, 1924
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Hubo un tiempo en el que los escritores y artistas mexcanos se contagiaron del desenfado de la vanguardia europea, especialmente al futurismo, dadaísmo y surrealismo (con suprematismo y constructivsmo colados) y un buen día, como explosión, nació la vanguardia mexicana: el Estridentismo. La diferencia de esta vanguardia a las europeas es que México no era precisamente un dechado de industria y tecnología. No había máquina que venerar, ni grandes urbes (te imaginas mi querida ciudad de México, en 1924?), mucho menos industrias y obreros acumulados exigiendo y demandando. Mucho menos cuando el General Heriberto Jara los recibe en Xalapa. Estridentópolis, como nombraron a la ciudad colonial, no podia ser una urbe como la de este super-poema. Los sonidos podían ser los cascos de los caballos y en vez de grandes rascacielos, la tradición golpeó los ojos de este grupo de vanguardia con pequeñas chozas de techos de teja. La Vanguardia del Nopal, nombró Carlos Córdova a la experiencia mexicana de punta, para referirse a ese visionario fotógrafo tan mal tratado por la historia, Agustín Jiménez, que tuvo la virtud de ver a ese México que se nos fué sin el filtro de los anteojos del querer ser, sino con la mirada del mismo ser. Lo que sí pudo ser es la idea de la Vrbe, la ciudad utópica. Aquí dejó Manuel Maples Arce dejó unas palabras sobre Jean Charlot. Y aquí está el retrato que Jean Charlot le hizo a Maples Arce.
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Mira las ilustraciones de cada canto de este pequeño libro de alto precio y 48 páginas: son tan potentes como bellas. Se alcanza a ver la veta de la madera que apenas resiste su naturaleza al capricho de la gubia. Es como si
Jean Charlot quisiera dejar el tronco entero salvo por unos cuantos navajazos. Disfruto de este libro desde hace muchos años, al principio me sorprendía la forma del bloque negro, que sin ser edificios, barco, mar, avión o puente, son formas geométricas que parecieran construidas con bloques. Las ideas emergen por las pequeñas y finas líneas blancas dentro de estas grandes formas. Y como si se revelaran a través de los años y ya de los siglos, su huella se imprimió en la página del texto. Esa huella me encanta. Sucede con casi todas las xilografías; son resultado de la constitución grasa de las tintas. 

Esta
Vrbe, que elegí como regalo número doce, no es mía. Se trata del regalo más sofisticado que le han hecho a mi hija mayor (y aquí lo venden, desde hace muchos años). Lo envidio desde entonces, y lo custodio, y ahora lo comparto con placer. Porque se trata de un libro fundacional en varios sentidos: el primer libro moderno ilustrado en México con xilografías, el primer libro de la vanguardia mexicana, el primer libro en agotar su tiraje (son muy pocos los que hay en el mundo), el primero en subir de precio en el mercado, el primero en venderse cuando aparece, el primero que envidio, el primero en mi librero, el primero de los doce.

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Y aquí es donde quería dejar una honda reflexión final sobre el futuro y el pasado editorial mexicano, sobre el querer ser y el no llegar a ser nunca, y sobre los deseos, etcetera, pero me quedo donde estoy y lejos de la Vrbe sólo te dejo mis deseos para doce meses llenos de libros y llenos de amor.

martes, 30 de diciembre de 2008

ONCE

Para los que aprecian el arte de la contemplación.

Pequeña obra
José Julio Rodríguez
Amigos del Café París
México, 1952


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Dice Heráclito que
todo se mueve y nada
permanence.

Esta Pequeña obra fue impresa, nuevamente, en la imprenta de la Editorial Cvltura, el día de todos los santos de 1952. No encontré nota alguna de José Julio Rodríguez en la red, por lo que decidí dejar completa esta semblanza biográfica de Antonio Castro Leal para ti.
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Las 24 xilografías, bellas miniestampas, están impresas en papel Aereo Extrafino (yo pensaba, antes de leer el colofón, que se trataba de una especie de papel japonés fino para impresión y me pregunto: ¿dónde quedó esta rica variedad de papeles mexicanos que se fabricaban en todas las calidades y para cada necesidad?). La mayor de ellas, la número doce, apenas mide 5 centímetros de alto. Cada una está protegida por passepartout de papel Cokier. El autor tuvo la delicadeza de numerar cada una y firmar cada ejemplar de los 300 de la tirada.

José Julio Rodríguez, alumno de Francisco Díaz de León en las Escuelas al Aire Libre y profesor después de la Escuela de Artes del Libro, es uno de esos casos en los que el alumno supera al maestro. Como grabador y tipógrafo sus obras son impecables. Me sorprende en estas miniestampas la calidad de la línea, la cantidad de matices que obtiene dentro del alto contraste, el movimiento y la sotura de sus líneas y la belleza de sus composiciones. La mayoría no pasa de los 3.5 cm de alguno de sus lados. Seleccioné sólo doce de los veinicuatro: desnudos, paisajes, vistas de pueblos y una mano tocando el piano. Me faltó, lo siento, agregar algún retrato para que notaras lo verdaderamente bueno que era José Julio Rodríguez. Si tan sólo viviera para hacerme un ex libris...

No me sorprende que haya elegido José Julio Rodríguez pensamientos de Walter Pater como introducción de su Pequeña obra de 12 x 8.5 cm, 24 grabados y 32 páginas, me encanta el comienzo: 
En el mundo interior del pensar y el sentir la corriente es más rápida, la llama más intensa y voraz. No es ya el movimiento de la ribera, en donde el agua corre bajo una aparente inmovilidad, sino en el curso violento en la mitad del río, que arrastra la acción momentánea de la vista, la pasion y el pensamiento.
Así que te invito a colocar el pensamiento en el movimiento de la ribera, donde la movilidad del agua es apenas perceptible, y en este estado, mirar cada una de estas doce miniestampas. Las inscripciones, el arte, los libros, los grabados no cambian en esencia, lo que sí cambia es la forma en la que los miramos. "Aprender a ver las formas viejas con ojos nuevos, en lugar de mirar, como hasta ahora, las formas nuevas con ojos viejos", dijo Jacobo Siruela, citando al gran Gustav Meyrink, cuando habló a El País de su proyecto editorial Atalanta. No dejes de leer el artículo completo, aunque ya lo hayas leído antes.

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lunes, 29 de diciembre de 2008

DIEZ

Para los aguerridos

Cuentos bárbaros
Dr. Atl
Libreros Mexicanos, 1930

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De todos los libros que te he regalado en estas páginas, tal vez éste sea el más raro. Lo es bibliográficamente: la edición es de tan solo 100 ejemplares, del editor Vargas Rea, pero es raro también en su factura y en su tema: Cuentos bárbaros. Se trata de seis narraciones sangrientas, de la pluma del Dr. Atl, ilustradas con capitulares xilográficas. Es un libro muy pequeño, de 14 x 10 cm, de cuidadoso diseño y buen papel; tiene una pleca de llamas.

Bárbaro el Dr. Atl, que que antes de ser agua se nombró Dr. Orange y antes de ser naranja fue Dr. Fox, espíritu inquieto y aguerrido, que lo mismo se dedicaba a decorar sus libros con feliz entusiasmo que a registrar a pocos metros la explosión del Paricutín. Me encantan sus paisajes, las vistas de la tierra que pareciera que tienen movimiento, sus carpetas de volcanes, divinas. Cada vez que las exponen voy a verlas sólo para disfrutarlas de nuevo. Y sus libros, suspiro. Cada uno de los más de cincuenta libros en los que participó como ilustrador o escritor, valen la pena. Sus pochoirs para los Cuentos de todos los colores I y II, Un hombre más allá del universo, El paisaje. Un ensayo, son espectaculares. Cada portada de cada ejemplar de la tirada está hecha a mano. A veces cuando regalaba ejemplares, tenía la delicadeza de pegarles una o dos fotos de él mismo.

Pero ahora no hablemos de esos hermosos pochoirs, sino de estos cuentos bárbaros, te dejo cada comienzo de estas historias sangrientas, sólo el comienzo para que me digas si se te antoja leer una de ellas completa.

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domingo, 28 de diciembre de 2008

NUEVE

Para los inocentes

Panchito Chapopote
Retablo tropical o relación de un extraordinario sucedido de la heróica Veracruz.
Xavier Icaza, xilografías de Ramón Alva de la Canal
Editorial Cvltura, 1928

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Este libro es frecuentemente catalogado dentro del movimiento estridentista por tratarse de xilografías de Ramón Alva de la Canal y de una historia desarrollada en Veracruz, pero en 1928 el estridentismo ya se habá disuelto. Su final cayó, como lo dice Rubén Candia Araiza en el mejor artículo sobre estridentismo que encontré en la red, junto con el gobierno del general Heriberto Jara, que cobijó a los etridentistas en Xalapa durante cinco años, de 1922 a 1927.

De cualquier forma no es necesario el artículo para notar que la narración y las ilustraciones de Panchito Chapopote no tienen que ver con los fines estridentistas. El relato es en realidad una suerte de denuncia contra el despojo que vivieron miles de mexicanos de sus tierras petroleras a favor de empresas extranjeras durante el porfiriato. Panchito, nombrado Chapopote por su maestra por tener terrenos infértiles, "agua aceitosa, todo lo quema, ¡maldita chapopotera!”, le cuenta a una mulata prostituta la historia de su riqueza.

La portada me encanta; es completamente xilográfica, impresa con tinta negra y amarilla sobre una cartulina café. La tipografía es construida en bloques, de estética cercana al constructivismo ruso, y como única ornamentación una pequeña viñeta con mar, plantas y una cuadrícula que puede ser una reja, un barco, un edificio. El diseño de los interiores es muy bueno: sencillo, de caja clásica, con tipografía pesada y una pleca superior que señala en las páginas nones el título y en las pares el autor. Está ilustrada con 12 espléndidas xilografías de Ramón Alva de la Canal y al final de la edición una sorpresa: Alcance a Panchito Chapopote, un papel de china impreso y despegable, color naranja, a manera de epílogo. Traté de escanearlo y mostrártelo aquí pero temí por la integridad del frágil papel de china.

La edición, de nuevo del catálogo de editorial Cvltura –cómo hace falta un buen estudio de esta maravillosa empresa de los hermanos Loera y Chávez– es de mil ejemplares, 94 páginas en papel marfil M.M. (seguramente de la fábrica de papel de Loreto y Peña Pobre). La justificación de la tirada está acompañada de la bella estilización de un barco de vela que usó Xavier Icaza como ex libris.

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sábado, 27 de diciembre de 2008

OCHO

Para los que antes del 2009 ya piensan en 2010

Corridos de la Revolución
Selección y prólogo de Celestino Herrera Frimont
Grabados de Leopoldo Méndez
Instituto Científico y Literario, Pachuca, 1934

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Noche adentro
Los soldados
se arrancaron
del pecho
las canciones populares

Revolución, poema de Manuel Maples Arce.


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Y seguimos con el tono nacional, inevitable; te dire la razón: En ese tiempo cercano a 1934, la esperanza de las dádivas revolucionarias se fincarion en la asimilación de una idea especial de lo mexicano, esa idea del orgullo mestizo (difundida por José Vasconcelos y su raza cósmica, la raza de bronce, la esperanza positiva de la humanidad), el fervor por lo popular (ya Diego Rivera y Jean Charlot habían “descubierto” a José Guadalupe Posada) y la reverencia por lo prehispánico, herencia decimonónica. Y por eso, curiosamente, esta serie de libros son magníficos, por que existe en ellos una auténtica identificación con los símbolos, con las imágenes, con una intención didáctica y de amplia difusión. Si el grabado además permitía enseñar y al mismo tiempo regalar al pueblo una obra de arte original, todavía mejor. El gran Leopoldo Méndez, acaso el mejor grabador del siglo XX, con su megalómana actitud, decidió dárselos a los mexicanos. Si logró su fin no lo sabemos. Lo que sí es sabido es que las estampas preciosas de las prensas del Taller de Gráfica Popular se quedaron estancadas en sus bodegas y fueron mezquinamente mercadas por sus últimos y penosos dirigentes. Triste destino.

Pero aquí están, estas estampas, de gran calidad y perfecta impresión que permite ser ampliada. Y cuidado: me he encontrado en más de un hogar falsificaciones enormes de estos retratos adquiridas en La Lagunilla, Plaza del Ángel y anexas. Tal vez nos molesten a primera vista: se trata de la imagen de la dádiva revolucionaria que se fincó en el Partido Nacional Revolucionario, que luego sería el PRI y que nos molestó durante décadas. Te invito a despojarte del prejuicio y admirar estas estampas como lo que son: excelentes grabados en un libro fantástico.

Dice Celestino Herrera Frimont en la introducción:

La música popular es una de las manifestaciones que ejor retrata el espíritu de una nación. En un país en el que hay cantors para sus glories y para sus héroes, el pueblo afinará su sensibilidad y acrecentará su cariño por la Patria. México, por medio de sus rápsodas populares honra a sus héroes y canta sus hazañas en los corridos.


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viernes, 26 de diciembre de 2008

SIETE

Para los metódicos con cuestionamientos sobre lo ”mexicano”.

Método de dibujo. Tradición, resurgimiento y evolución del arte mexicano
Adolfo Best Maugard
Seretaría de Educación Pública, 1923.


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Un día, de nuevo bajo el auspicio de la Sercetaría de Educación Pública y su ministro José Vasconcelos, Adolfo Best Maugard se dio a la tarea de responder a esa pregunta que pareciera eterna acerca de lo nacional y lo mexicano en el arte. Desarrolló este método basado en el arte prehispánico y el popular y creo un estilo decorativo que se extendió al arte, la arquitectura, la escenografía y, por supuesto al diseño de libros.

En la amplia introducción de José Juan Tablada “La función social en el arte” se expone la siguiente pregunta de Adolfo Best:

“¿Acaso los hombres que han hecho arte en el mundo, han inventado su método o su manera, o su oficio para el uso de los demás y no para el suyo propio, íntimo, absoluto, ya que ello constituye la incuestionable expresión de su personalidad y de su espíritu? El esteta constitucional con los ojos saltones y saboreando de antemano su triunfo espera indudablemente que le contesten: ¡No!”

Y responde Tablada:

Y hay que contestarle: ¡Sí! enérgicamente y aprovechar su asombro, su estupefacción escandalizada para hacerlo vislumbrar mansamente algo que no sospecha: que el arte debe ser considerado a un tiempo mismo en función individual, en función nacional, y en función humana”


Estas ideas de corte positivista permeaban el aire del ambiente entorno a Vasconcelos; si este es un buen método para desarrollar “arte mexicano” o no, no importa, o al menos en este blog antiñoñez. Lo que sí nos ocupa es el deleite de estas imágenes, entre las que prefiero los animales, el escudo nacional, la virgen de Guadalupe de Miguel Covarrubias, su primer trabajo como ilustrador de libros, y la fórmula para desarrollar grecas, que yo misma he utilizado en diseños de identdad corporativa. Y sí, con una función. Se me ocurren preguntas sobre metodología, teoría del arte, arte y función, el contexto histórico, las motivaciones y las ideas del momento, &c, pero ni las formularé ni trataré de responderlas. Mejor te dejo el método para dibujar el escudo nacional:

ESCUDO NACIONAL.- Dibujando un pájaro de la forma indicada, pero procurando hacer el óvalo más alargado y en sentido vertical, colocando en su parte superior el cuello y en la inferior la cola, colocaremos las alas de los pájaros volando, pero a ambos lados del óvalo; decorando todo con los petalillos que usamos para decorar los pájaros. Del pico a una de las patas de la serpiente ondulada pasando por encima del cuerpo; el águila parada con la otra pata, sobre un nopal estilizado por medio de óvalos, tocándose los unos a otros y decorados en forma adecuada.


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jueves, 25 de diciembre de 2008

SEIS

Para los niños.

Álbum de animales mexicanos
Gabriel Fernández Ledesma
Ediciones de la Secretaría de Educación Pública, 1944

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Cuando a Gabriel Fernández Ledesma le dijeron que no había ni papel ni recursos para su proyecto, un álbum que mostrara a la niñez mexicana la variedad de animales endémicos de nuestro país, él acudió a las bodegas de la SEP, que conservaba pilas de carteles cardenistas sobre educación y las utilizó en el reverso vacío de impresión para su proyecto, dedicado a los niños mexicanos y distribuido de forma gratuita. Seguramente muchos de los ejemplares terminaron como combustible de calentador, de ahí su rareza. Este es mi segundo ejemplar, el primero fue cortado por la orilla y deja ver el interior con esta graciosa infografía cardenista. Está sellado en varios lugares por uno de sus propietarios: Joaquín Araujo Jr. Biblioteca del pueblo.

La portada me encanta. La tipografía evoca las publicaciones litográficas del siglo XIX, que eran profundamente estudiadas por estos maestros. Enrique Fernández Ledesma, hermano de Gabriel, ya había publicado su Historia crítica de la tipografía en la ciudad de México diez años antes.

Te dejo algunas de las mononografías para que las disfrutes.

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album4
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album6
album7
album9
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