viernes, 3 de octubre de 2008

Ex libris japoneses (III)





Entre más chiquitos, más bonitos.

Hay una máxima libraria que dice que el tamaño del ex libris es inversamente proporcional al tamaño de la bibliofilia. Estos dos, que no miden más de un centímetro, son del coleccionista Sho Nitishoba, el mejor gusto en ex libris que conozco. Y de esto nadie se escapa: si cada uno de los ex libris de una persona es una ventana al interior de ésta, el conjunto de ellos compone una elocuente fachada.

Estas xilografías son composiciones que recuerdan al hanko, ese pequeño sello que acompaña ciertos documentos y que equivale a la firma oficial de cada individuo. Un ave en el negro y un kokeshi para el rojo.

La diferencia de lenguas me impidió conversar con Sho durante el intercambio que hicimos en Boston en 2000 –un intercambio bastante generoso a mi favor– , pero su presencia, educación y sobre todo, sus ex libris le hicieron un espacio en mi mexicano corazón.

2 comentarios:

Nell dijo...

Me encantan estos ex-libris, no tenía idea que podían ser así, tan pequeños y sencillos.

Tu blog fue un descubrimiento muy agradable, ya me suscribí a él. ¡Saludos!

Selva Hernández dijo...

Probablemente estos sean los más sencillos a la vez lindos que he visto. Muchas gracias, nos vemos por acá.