domingo, 20 de junio de 2010

DE COLECCIONISTAS (Fábula monsivaisiana sobre el coleccionismo)

Por Carlos Monsiváis


“Época de coleccionistas es la nuestra”. Eso pensaba Jorge West, un enamorado de la moda.

Todos coleccionaban algo: cuadros del Renacimiento, dibujos de Hans Memling, pintura temáticamente reaccionaria de David Alfaro Siqueiros, retratos de Rafael Caro Quintero hechos por Andy Warhol; cerillos, timbres, monedas. Revólveres usados por José León Toral para asesinar a Obregón (había uno que tenía 325); fotos abstractas con intención pornográfica; objetos porno despojados de cualquier connotación sexual; floreros persas del siglo XVI; falsificaciones genuinas de obras de arte de la dinastía Ming, búcaros búlgaros, libros de grabados de la Mongolia exterior, balsas guerreras de la Polinesia…

Todo lo humano y todo lo que aspirase a lo divino era presa de los coleccionistas. Y él, Jorge West, carecía de temas adquisitivos a su altura, y se pasaba los días y los meses buscando algo en verdad sensacional para sus colecciones.

Y en una ocasión, mientras leía el periódico, brotó el numen, la inspiración se apareció en persona: ¡Eureka!, ahí estaba... Él coleccionaría declaraciones y discursos en verdad originales de políticos oficiales.

Y se lanzó a la búsqueda.

¡Vana esperanza!... Las declaraciones más recientes con visos de originalidad tenían sesenta, setenta años de haber sido dichas tal vez por primera vez, aunque eso uno nunca lo sabe.

West fustigó hemerotecas, entrevistó políticos jubilados, investigó en sótanos y callejones… Nada. Las frases ya traían placa conmemorativa y algunas él las podía decir de memoria. Todo en los discursos era: “CAMBIO”, “RENOVACIÓN”, “COMPROMISO CON LOS MÁS NECESITADOS”, “AJUSTE DE CUENTAS CON EL PASADO POPULISTA”, “¡DECISIÓN!”, “¡ENERGÍA!”…

Al cabo de unos meses, localizó una declaración que en algo, y por no sabía qué, le pareció novedosa: “NO VENGO A PROMETER, SINO A QUE ME PROMETAN”… ¡Fantástico!, a lo mejor esto era algo original. Con esto empezaría su colección.

Un día más tarde renunció al propósito y nunca más se vio a sí mismo como coleccionista…

La frase en cuestión había sido dicha en su primera gira por Don Guadalupe Victoria, primer Presidente de México.

(Grabada por el autor en 1997 para la estación de radio 690 AM / Ondas del Lago)

miércoles, 9 de junio de 2010

Madera y papel


Existe cierta relación, intrínseca y fascinante, entre el papel y la madera: libros en libreros, las fibras de árbol con las que algunos papeles están hechos (papeles ácidos y amarillos del tiempo), el escritorio, la pluma, el papel. Y la xilografía, esa técnica del grabado, acaso la primera tecnología con la que el hombre empezó a realizar imágenes en serie.

En el librero de mi casa materna destinado a los libros especiales, uno me llamó la atención desde que tengo memoria: Incidentes melódicos del mundo irracional, de Juan de la Cabada, diseñado e ilustrado por Leopoldo Méndez. Pensaba yo que eran grabados en madera. No distinguí durante mucho tiempo, como suele suceder cuando no se tiene experiencia en la observación de la gráfica, el grabado en madera (xilografía) del grabado en linóleo o incluso del dibujo realizado a la manera de esgrafiado o scratch, donde una superficie negra es rayada con un punzón para producir líneas blancas en su interior. Esta confusión suele suceder por la similitud de las técnicas. Durante muchos años, mientras editábamos la revista Galera, dediqué parte de mi tiempo a la investigación de la ilustración y el diseño editorial mexicano de la primera mitad del siglo XX, tiempo en el que la xilografía resurgió como una propuesta estética para la ilustración de libros y la creación de diseños. El tema me resulta fascinante, por eso accedí de inmediato a la propuesta de escribir un ensayo que me hizo Iván W. Jiménez para la revista Ene-O.

Aquí puedes ver un extracto de la revista:


Aquí puedes leer el ensayo completo.

Y claro, si radicas en el defe y el tema te interesa, puedes asistir a la presentación de la revista. En ella no sólo se habla del pasado o de la xilografía, sino de diferentes artistas y creaciones donde se ocupan las técnicas de la estampa para la creación de mensajes visuales. Ah, y de esa cosa extraña a la que solemos nombrar identidad mexicana.


sábado, 27 de marzo de 2010

El último post.

Que en realidad es último, penúltimo y antepenúltimo.


Tres revistas


De repente, con mucho más frecuencia de la que me gustaría, llega un mail, un mensaje, un comentario, que me pregunta (y me pregunto) cuándo volveré a escribir en este lugar. La respuesta no la sé, lo que sí sé es que escribir aquí me llenó de comisiones para escribir y publicar en impresos (y qué gusto).


La semana pasada llegaron a mis manos tres publicaciones con cosas mías, casi al mismo tiempo.


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La primera fue Ene O. Ensayo del diseño. Un artículo sobre la xilografía como estilo en el diseño mexicano. Un tema preferido. Iván W. Jiménez, su editor, me recuerda mucho a mí. Tal vez por andar en el absurdo quehacer de las revistas. Editar revistas en papel: cosa necesaria; tanto esfuerzo, sólo con juventud.


Roven


La segunda es Roven, Revue Critique sur le Dessin Contemporain. Su editora, Johana Carrier, me solicitó un ensayo breve sobre un grabado de José Guadalupe Posada. La revista me honra con permitirme participar. Es de contenidos excelentes; disfruté bastante su lectura. El original está publicado en francés, yo lo escribí en español.


Étapes


La tercera, otra francesa, es Étapes. Design et Cultura Visuelle. El ensayo no es mío, sino la mayoría de los libros que lo ilustran. La investigación sobre la historia del diseño en México es de Leonardo Vázquez.


~


No sé si vaya a ser mi última publicación. Tengo pendientes varias entregas desde el año pasado: sobre Julio Torri y editorial Cultura y poetas que también diseñan (ejemplos mexicanos, por supuesto). Los libros (hermosos) de Jaime Torres Bodet y los textos de Manuel Maples Arce. Algunos libros ilustrados de Dr. Atl es uno de los textos que preparé antes de dejar de escribir aquí; cien libros para la historia del diseño en México, mi idea más ambiciosa. La imprenta de Juan Pascoe y la biblioteca de Artemio Rodríguez los últimos textos que se me ocurrieron.


Cosas por escribir siempre hay. Si ésta es la última de mis publicaciones, tal vez mejor opte por la cuenta regresiva.

viernes, 6 de noviembre de 2009

No sólo de pan vive el hombre


Pica en la imagen para leer el artículo completo.

Cuando leí el hermoso artículo de Mauricio Salvador me soprendió saberme la misma persona de la que él escribe. Me sorprende también que este espacio, que no es más que un ejercicio para compartir mis solitarios momentos de ocio, reciba tanta atención.

No dejes de comprar este número de Tierra Adentro dedicado a los lenguajes de la enfermedad. Me dio mucho gusto encontrar entre sus páginas a una antigua colaboradora de nuestra oficina de diseño, Mayte de la Torre, con una estupenda serie de fotografías: Inventario Vitiligo. Me honra, además, compartir páginas con celebraciones a dos escritores a los que he disfrutado y admirado en esos ratos ociosos: Juan Vicente Melo y Eduardo Lizalde.

No sobra decir que Mónica Nepote, la directora editorial de Tierra Adentro, hace un excelente trabajo para cada número con todo el teje y maneje de planear, solicitar, reunir y volcar en papel textos e imágenes de una forma nueva a la que se venía haciendo desde hace años. Como dicen los teóricos, para que un sistema sobreviva, debe modificarse. Ay, esa ardua y delicada labor de la edición de las revistas culturales...

Me sabe raro presumirte estas palabras que me despliegan de tan buena forma, pero como bien dice el dicho que acompaña algún ex libris: no sólo de pan vive el hombre.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Imágenes de la muerte

27

Images of death

Del libro de Mercurio López, La muerte en el impreso mexicano (Editorial RM, 2008), estos cuatro ex libris con el tradicional tema de vanitas. Recomiendan los que saben no utilizar el recurrente tema de la muerte en los ex libris, por trillado; tampoco los retratos del propietario, ni los de sus casas, para no pecar de vanidad.

Ruelas

1. Ex libris de Jesús Luján, 1905.
Dibujo a tinta de Julio Ruelas impreso en clisé.

Ex libris de Roberto Montenegro

2. Ex libris de Roberto Montenegro, ca. 1919.
Dibujo a tinta de Roberto Montenegro impreso en clisé.

Carlos Toro

3. Ex libris de Carlos Toro, ca. 1919.
Dibujo a tinta de Carlos Neve impreso en clisé.

FONDO

4. Ex libris de Harold Leonard, ca. 1947.
Grabado sobre linóleo de Leopoldo Méndez.

Del fantástico libro, reproduzco el prólogo de Gregory Dechant:

Y para empezar a despojarla de su principal ventaja
contra nosotros, sigamos el camino opuesto al ordinario;
quitémosle la extrañeza, habituémonos, acostumbrémonos
a ella. No pensemos en nada con más frecuencia
que en la muerte...
Montaigne

En una de las notas al ensayo que sigue, Mercurio López Casillas se asoma al extenso desarrollo semántico del término calavera en el castellano de México. Tal vez convendrían aquí también unas observaciones sobre sus raíces. La palabra viene del latín calvaria, que significa “cráneo”, voz derivada a su vez de calvus, “calvo, mondo o despojado”. El empleo del término para designar un esqueleto entero se debe a “la confusión que pronto se produjo entre calvaria y el cultismo cadáver con su familia”, una “contaminación inevitable”, según el lexicógrafo Joan Corominas. No menos rico en asociaciones es el evidente parentesco de la palabra con calvario, que viene también del latín calvaria y era el término empleado para traducir gólgota (helenización de una voz aramea que designaba el cráneo) del griego del Evangelio de san Mateo. Fueron sin duda estas evocaciones de la muerte, el despojamiento y la vanidad de la existencia humana las que inspiraron la estremecedora definición de calavera en el gran Diccionario de autoridades de la Real Academia Española (1726):

“La cabeza del hombre, o de otro cualquiera animal, ya despojada por la muerte de todo el adorno exterior e interior de facciones, y sentidos, y que solamente le ha quedado la armazón de los huesos, en que se contempla una horrorosa figura de lo que fue”.

El tono grave de Autoridades podría hacer pensar que fuera algo sombrío un volumen dedicado a la calavera en el arte gráfico mexicano, pero la mirada más superficial a las páginas de este libro desmiente tajantemente esa noción. El autor se refiere al surgimiento, durante la segunda mitad del siglo xviii, de “las prime-ras manifestaciones de la muerte con carácter festivo”. Desde aquel entonces, innumerables artistas mexicanos, tanto célebres como anónimos, han seguido al pie de la letra los consejos de Montaigne citados antes. Que haya sido motivada por el estoicismo senequista de un humanista del Renacimiento o simplemente por esa supuesta indiferencia del mexicano ante la muerte, “que se nutre –en palabras de Octavio Paz– de su in-diferencia ante la vida”, la burlona familiaridad con La Huesuda que se manifiesta en los impresos e ilustraciones de este libro constituye una preparación idónea en el refinado arte de morir.

Uno de los mayores aciertos del trabajo de Mercurio López Casillas es haber situado las famosas calaveras de Posada en el contexto de la larga tradición a la cual pertenecen. Primero, el autor trata brevemente la iconografía prehispánica de la muerte y su capitulación ante modos de pensamiento españoles a raíz de la Conquista. Particularmente esclarecedora es su reflexión sobre el imaginario funerario del período virreinal, ese largo proceso de gestación que dio forma a tantos rasgos de la cultura popular y tradicional de México. En La portentosa vida de la Muerte el franciscano Joaquín Bolaños no produce sino una pálida imitación de las visiones satíricas de Quevedo, pero las extra-ordinarias ilustraciones que acompañan su obra son los primeros ejemplos de la distintiva calavera mexicana. Estas imágenes constituyen una muestra reveladora del desarrollo de la sociedad criolla de la Nueva España hacia una identidad específicamente mexicana, lo que haría de la independencia política un anticlímax en términos culturales. López Casillas sigue la historia a través del siglo xix, en las tradiciones del Día de Muertos y en las obras de los grandes carica-turistas mexicanos y de Manilla y Posada, los principales exponentes del género en el imaginario popular. Antes de rastrear brevemente las fortunas de la calavera en el siglo xx, el autor analiza la obra de Julio Ruelas. Aunque no pertenecen estrictamente al género de la calavera, las oscuras y perturbadoras visiones de Ruelas son el contrapunto y el complemento necesarios a los aires festivos de las demás imágenes presentadas en este libro. Las morbosas libertades que toma Ruelas con su novia “incestuosa” no son sino otra manera, al fin y al cabo, de seguir la pauta de Montaigne y de quitarle su “extrañeza” a la muerte.

Morituri te salutamus: ¡que comience el espectáculo!

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Doce meses de doce palabras

Ex libris de Emmanuel García.

Ayer este blog cumplió un año. El festejo llegó unos días antes con este aguafuerte de Emmanuel García, que hace hermosos ex libris. Aquí el ejemplar 48 de 48.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Segunda parte

Allí hay una ese

Continúa la charla entre amigas en Gente como uno, con Patricia Vega. La puedes escuchar picando aquí.
Y unas fotos de tipos móviles que salieron como a veces salen las cosas: raras.

Y una eme

Finalmente, símbolos

Para Pedro, con el agradecimiento y la amistad de años

Stöberstube

Llegaron nuevos ex libris de Viena. Parece que serán los últimos: mi querido amigo Pedro, al que le gusta esta extraña afición mía por el papel, dejará de viajar a Viena y visitar al tendero de Stöberstube; en esta vieja tienda de chácharas Pedro compró viaje con viaje ex libris para mí. Todos pertenecieron a la colección del padre del actual propietario, quien fuera chacharero además de coleccionista de ex libris.

Stöberstube

He de decir que esta serie de estampas es de lo mejor de mi colección. Esta última vez, Pedro eligió estos cuatro. Me los entregó junto con algunas fotos de la tienda para que yo la conociera y la publicara aquí.

Deutsche Forschungsanstalt für Psychiatrie

1.
Una xilografía en camafeo de B. Hermp dedicada al Deutsche Forschungsanstalt für Psychiatrie. Un hombre con la mano en la frente se detiente ante un portal mientras alumbra una esfinge con una antorcha. Delante de él, una suerte de altar de piedras; a un lado un ángel encadenado. En la parte superior se lee la fecha: 1917. No creo que sea la de la creación del ex libris, sino de la fundación del Instituto Alemán para la Investigación Psiquiátrica.

Bosch

2.
Una punta seca dedicada al Dr. Vicens Bosch quien tuvo más de un ex libris. El pequeñísimo monograna del artista en la derecha es tan indescifrable como su firma con lápiz. Se trata del hombre nuevo, el que surge del conocimiento y la ciencia, el que llenaría al siglo XX de innovaciones y literatura científica. Ni hablar: la esperanza del hombre en 1923 estaba fincada en la ciencia, como ya lo explicó Eric Hobsbawm. No deja de llamarme la atención el diseño de la parte inferior: una pequeña mujer desnuda recostada en el interior de una habitación a la derecha y el misterioso símbolo del yelmo a la izquierda.

Dr. Köster

3.
De los cuatro, el dedicado al Dr. Köster es el que más me conmueve. Una mujer, lánguida y enferma, recibe el agua sanadora que emana de la fuente de la salud. Un hombre joven, desnudo, especie de espírtu de sanación le sostiene la nuca con suavidad mientras le da el tónico en los labios. Aunque antes vi el monograma del artista (TW), no logré recordar dónde ni tampoco localizarlo en mi biblioteca. Mi mente no ha estado fina estos días.

Ernst Liebitsky

4.
Finalmente la muerte toca el violín para una mujer que desnuda sucumbe ante su melodía: la melodía de la muerte. Observa con cuidado las manos de la mujer: están relajadas, parecieran muertas pero como si al mismo tiempo quisieran seguir los movimientos del violinista. Un hermoso dibujo de excelente composición y diseño; precioso el aguafuerte de N. Gaighey dedicado al Dr. Ernst Liebitzky.

***
La salud mental: promesa y esperanza; anhelo añejo de la humanidad. No hablaré, aunque sienta el impulso, de la simbología en estos ex libris con relación a las ciencias de la mente: temo caer en equívocos absurdos. En vez de ello, dejaré abierto el portal para que los que sí saben se sientan libres de comentar.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Mi voz en una charla entre amigas

Viejas enciclopedias de a montón.

Hace unas semanas tuve el honor de recibir la invitación de Patricia Vega para asistir a su programa Gente Como Uno de la radio virtual del Gobierno del Distrito Federal, Código DF. Aunque hablar en público forma parte de mi quehcer cotidiano (doy clases), he de confesar que el micrófono siempre me impone. Y otra confesión: ciertos temas –¿adivinas cuáles?– me dan para charlas de horas, días, semanas, meses, años.

Te dejo aquí la charla entre amigas que tuvimos Patricia y yo en la cabina de Gente Como Uno: literalmente tomé el micrófono. La segunda parte se transmitirá en vivo, el próximo viernes 28 de agosto a las 21:30 horas. Como dicen en la radio: no se la pierda.

Aquí está la entrevista y unas fotos de libros que ya no sirven, sólo para adornar.

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Crowell, Dickson. Buxbaum

sábado, 4 de julio de 2009

Ni tanto ni tan poco



Hace una semana exactamente, Fernando el carpintero terminó mi esperado librero. Desde que mudé mi oficina hace más de un año, tenía cerca de diez cajas de libros apiladas esperando un espacio.

Abrir libros del pasado es un placer que los viajeros conocen. Guardar libros, en cambio, es una lata: pesan mucho, ocupan demasiado espacio, son especial imán del polvo, molestan al paso; además no se pueden colocar en cualquier lugar pues corren el riesgo de llenarse de humedad, sol y plagas: los enemigos naturales del libro. ¿Por qué guardamos libros en cajas en la covacha de algún pariente, familiar o amigo? Para conservar la sorpresa de desempacar el pasado y de la impermanencia de nuestros intereses: “¿Tenía yo este libro? ¿Para qué guardé tantos años esto? ¿Pero cuándo me interesé en estas cosas sin sentido?” 

En algún patio guardé dos cajas de los mejores cómics y libros ilustrados de mi querida Jazmín cuando se mudó a Londres. Cada vez que venía al defe buscaba sus cajas, las abría y revisaba con curiosidad las páginas de sus libros favoritos. Hace un par de años abrimos las cajas y acomodamos los tomos en los libreros para evitar el maltrato; los libros, para conservarse, deben abrirse. Fue un gran placer para ella, pero también para mí: descubrimos juntas los libros del departamento que compartimos hace más de una década, y que acompañaban nuestras tardes de ocio.

Cuando abrí finalmente mis cajas, tuve una ligera decepción de mis libros guardados: ni eran tantos ni eran tan buenos como los recordaba: tenía más libros guardados en la mente que en las cajas.


El escolar 1
El escolar 2

A pesar de que no hallé lo que buscaba, encontré esta maravilla que reune tres de mis temas favoritos: los libros de texto, las caminatas en el campo y Nicolás León, el controvertido bibliómano, doctor, historiador, antropólogo y primer coleccionista de ex libris en México del que se cuenta que se dejaba las uñas largas para desprender los libros de sus encuadernaciones y las páginas de su lomo. No hay entre las páginas de El escolar naturalista. Instrucciones para la recolección y preparación urgente por los niños en las excursiones escolares de ejemplares de Historia Natural (Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, México, 1894) las ilustraciones para disecar una rana como yo recordaba, sino de una ardilla. No dudo que Nicolás León, que también fue mercenario y criminal del libro, usara técnicas similares a esta que instruye "al escolar naturalista" para hacerse de sus ejemplares, ya fueran animales o libros:

El escolar 5
El escolar 3El escolar 4
El escolar 6
“Si el pájaro se ha capturado con red o trampa, es preciso manejarlo con ciertas precauciones para que no se desplume y se consigue hacerlo bien tomándolo con los dedos por debajo de las alas, entre la pechuga y el vientre, y oprimiéndolo hasta asfixiarlo. A los de buen tamaño y fuerza se les ahorca.”
Como dicen las abuelitas: Ni tanto, ni tan poco.

domingo, 21 de junio de 2009

Domingo por la mañana en la biblioteca de Miguel Oks


Puede ser que mis libros favoritos son los que hablan de libros. Uno de los que ocupa un lugar especial en mi memoria y en mi librero es Salle XIV. Vicente Huidobro y las artes plásticas, catálogo de la exposición del mismo nombre del Museo Reina Sofía en el año 2000, cuando el erudito de la vanguardia Juan Manuel Bonet era director de ese museo.

No sólo habla de los maravillosos poemas pintados, sino del contenido de su biblioteca. Aunque muchas de sus traducciones, no pude encontrar en internet mas que la cubierta del catálogo de la exposición y un par de sus poemas pintados. Y éste es uno de esos casos de la poesía en los que la forma plástica es inseparable de la literaria.


Todo esto viene a cuento porque estaba recordando dónde fue que por primera vez me sorprendí con la vanguardia latinoamericana y claro, fue con este libro sobre la biblioteca de Vicente Huidobro. No es fácil encontrar sus poemas pintados. En cambio es muy fácil disfrutar un domingo por la mañana de las ediciones de otros poetas del libro de la vanguardia como Norah Borges, Oliverio Girondo, Manuel Maples Arce, Guillermo de Torre, Alfredo Mario Ferreiro, Jorge Luis Borges y, como si no bastara, una colección hermosa de Joaquín Torres García. Ah, suspiro.






Esta es sólo una parte de la colección de Miguel Oks en Flickr; además tiene una colección de imágenes de los libros de la vanguardia europea: Maiakovski, Marinetti, Kurt Switters, Zwart, Theo Van Doesburg, H. N. Werkman. Ah, imposble no suspirar cuando están allí, tan fácil y tan gratis, todos esos libros de mi querer.



Ni en los tantos libros sobre libros que tengo están tan bien reproducidos y tan completos. No sé por qué a veces pienso que la vida virtual no es vida, mucho menos cuando hay tiempo, como un domingo por la mañana. Gracias, Miguel.

jueves, 11 de junio de 2009

Libros en venta



Sin tiempo para escribir lo que quiero escribir, e
ntre diseños, el final de semestre y los textos que me han encargado, quisiera destinarle más horas a este espacio. Para evitar frustraciones te muestro estas imágenes que he ido tomado de las librerías y los puestos callejeros de libros con los que me topo en mis paseos. Me recuerdan de manera inmediata Books in New York el blog que Fernanda, experta en localizar sitios estupendos, me mostró alguna vez. Books in New York, junto con el montón de fotos que he tomado durante años de libros y librerías, me hizo pensar en un nuevo blog: Libros en el Defe. Nunca sería igual, pero las librerías de viejo en la ciudad de México, con todo lo parcial que pueda parecer mi comentario, son fantásticas. Libros en el Defe. Tantos libros y tan poco el tiempo.

Sin tiempo para escribir en este espacio, apenas y lo tengo para subir algunas fotos. Espero que te gusten.

Libros en una caja